Ana destrozó la vida de sus hijas

Ana es una borracha. Antes lo hacía por divertirse pero ha llegado a un punto en el que lo necesita para su día a día. A veces se vuelve torpe, y se cae por todas las esquinas de la calle, un montón de gente le rodea y cotillean sobre que le ocurre, llega su marido con sus hijas le recoge y a ellas, muy pequeñas pero dándose cuenta de la realidad, se les rompe el corazón ¿por qué quien puede ver a su madre en un estado así en medio de la calle sabiendo que todo el mundo sabe que su madre es una alcohólica? Y comiéndose la cabeza de porque lo hace, de que no les quiere nada, porque al menos ellas solo le pedían que no lo haría por ellas, porque les estaba destrozando la vida. Les chilla a su hijas, y les educa de la peor manera, menos mal que ellas por si solas saben que eso no es lo correcto y detestan tanto lo que su madre es (mentirosa, falsa, egoísta) que se convierten en todo lo contrario. Claro que son incapaces de confiar en nadie, por miedo a que les haga tanto daño como su propia madre les ha hecho. Crecen y su madre lo deja aunque recae en ocasiones, pero ese recuerdo pervive en ellas. Sobre todo en la que era mas pequeña, y el rencor que le guarda a su madre es tremendo, porque le ha hecho pasar demasiadas noches llorando, porque siempre había necesitado ese abrazo que solo te puede dar una madre, porque siente que nunca ha tenido una. No, peor. Siente que la ha tenido pero que le odia, porque no puede olvidar esas imágenes de su madre en el suelo de la habitación gritándole que se quiere morir, ni esos gritos desde detrás de la puerta mientras un cerrajero tiene que abrir la puerta porque esta demasiado borracha, tampoco puede olvidar a todos los médicos en su casa llevándola a rastras. Su corazón no pudo soportar todo aquello, era demasiado pequeña para aguantarlo todo, era demasiado pequeña para crecer y conocer lo que verdaderamente es la vida. Nunca le perdonara a su madre que ni siquiera luchara para conseguir dejarlo.