sábado, 5 de diciembre de 2009

Volver a una realidad dolorosa

Luna llego a casa después de un día espantoso en el colegio. Cogió las llaves de la mochila y abrió la puerta. Entro y los gritos de su madre se introdujeron en su cabeza, hasta causarle un dolor de cabeza insoportable. Aunque no para ella, ya era costumbre tener que aguantar aquello cada día. No escucho ni una palabra de lo que su madre dijo, no le hacia falta, sabia perfectamente lo que ocurría, lo de siempre. Volvía a estar borracha. Fue al cuarto de su hermana donde ella se encontraba con el ordenador, pero nada mas abrir la puerta le hecho a gritos. Entonces, decidió ir al salón, allí estaba su padre, el que empezó a gritarle a saber porque. Entre tantos gritos, ya no lo soporto mas. Todos los días eran iguales y ya no era capaz de soportar aquel dolor. Se dirigió a su cuarto, metió un par de pantalones y camisetas en su mochila. Agarro la puerta y se largo. Mientras todos empezaron a chillar a donde vas. Pero tampoco se preocuparon, era normal que Luna se fuera cuando y a donde quisiera. Salió a la calle entre lagrimas, lagrimas que se apoderaron de ella. No sabia a quien acudir, a donde huir, no tenia dinero, apenas 15 años. Sabia que no podía hacer lo que estaba haciendo. Pero no soportaba ver como su vida se caía a un pozo, cada vez mas hondo y sin retorno. Sabia que sino salía de allí jamás iba a sonreír, sonreír de verdad vamos. Porque sonreír, sonreía cada día, de sonrisas totalmente tatuadas, totalmente falsas. Pero que al parecer nadie notaba su falsedad. No podía llamar a sus familiares, no podía explicarles como era su vida en aquella casa. No lo entenderían y le harían volver. No podía llamar a su amigas. las cuales habían perdido todo el sentido de la amistad durante los últimos meses. A las cuales les había ocultado toda la realidad desde siempre. Y era demasiado tarde para explicarles la situación. Además, no tenia valor ni ganas para hacerlo. Por eso, después de horas, en un banco apartado del mundo, de miles de cigarrillos encendidos, de quedarse sin lagrimas. Volvió, volvió a casa como si nada hubiese ocurrido. Sabiendo que mañana todo seguiría igual. Que se seguiría muriendo en vida. Pero es que, no tenia otra salida. Solo esperar, esperar a tener 18 años y ser realmente libre.

22 comentarios:

Patricia Nájera dijo...

los 18 te dan una libertad que no es libertad. Te obligan a ser adulto cuando no se está preparado para serlo.

Pero a pesar de todo, Luna se merece vivir, por su cuenta y a su aire, a su manera.

Unknown dijo...

Que triste :(
me gusta tu blog.
te sigo, besos! :)

vuelo de hada... dijo...

Me gustan tus historias ahondan los más profundos sentimientos.
Gracias por visitar mi rinconcito yo me instalo por aquí en el tuyo para seguir leyéndote.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Creo que todos hemos pasado por eso..pero todo llega y con la edad adulta otras cosas que no son tan agradables como la libertad...

Me gusta tu sinceridad a la hora de escribir, no te importa ser ruda y clara cuando describes la pura realidad y eso es muy importante una buena escritora...

Gracias por tu visita.

Besos.

Diario de nuestros pensamientos dijo...

a pero los 18 no son la libertad... ni muchisimo menos..
La libertad la consigues tu. y no tus años

Smiling dijo...

Creo que Luna merece ser feliz... es un relato muy triste, pero la cruda realidad. Tal vez no deba esperar esos 3 malditos y eternos años para ser feliz, si lo remedia podría serlo mañana mismo.

Buen relato, en serio ;)
Un beso enorme ¡y sigo tu blog! ^3^

Anónimo dijo...

No será libre ni con dieciocho, esas experiencias no se libran con la edad, si no afrontándolas de alguna forma. Muás de colores para llenar tu vida :)

[¤~...Cristi...~¤] dijo...

como ya han dicho, tener 18 no es sinonimo de libertad, más bn lo contrario. La diferencia es que hasta ls 18 solo das explicaciones a tu familia, dspues, te toca darselas al resto. me alegro que te gustase la frase, hay ciertos temas que no se sirven de más palabras. Gracias x pasar. Besos.!

Nalda dijo...

La libertad no tiene edad por mucho que la legalidad fije los 18 años como punto de salida.

¿Es una historia autobiográfica? Muy dura, sin duda.

Un abrazo

Palm dijo...

Sé que a los 18 años hay mas responsabilidades que antes, pero de lo que yo hablaba es de poder irse de su casa, porque quieras que no a los 15 años no puedes irte porque ni siquiera tienes la edad suficiente para trabajar. Y tambien se que la libertad no tiene edad, pero los 18 años te permiten hacer cosas que a los 15 no puedes.
No es autobiográfica. Un beso :)

Emi dijo...

me encanto tu entrada, me hizo imaginar toda la situación que vive Luna.a veces la gente adulta no se da cuenta de q hace mal

Wouh. dijo...

asi es, eso es lo peor.

me encanto tu entrada :D

Angela dijo...

Es una historia realmente conmovedora, pero todo pasa, vienen tiempo mejores (:

Unknown dijo...

muy profunda... sin palabras

Diane Ross dijo...

Pechicho *O* pero ya sabes, la libertad es relativa ;)

Saludos de colores =)

Autodestructiva dijo...

la libertad no llega con 18 años tampoco ...pero casi todos hemos pasado por eso

genial texto

fantastico blog

Mariona dijo...

lo peor, llegar a los 18 y darte cuenta que no eres libre...

Elizabeth. dijo...

creo que una edad no define la libertad de una persona pero si las oportunidades de ser independiente de una, las puertas se abren mas facilmente a los 18 que a los 15.
sonrisas tatuadas, falsas. me quedo eso del texo que carga mas terrible debe ser ocultar detras de una supuesta mascara de felicidad nuestra vida.

besos & precioso texto.

Enrojecerse dijo...

nos sorprenderiamos a nosotros mismos de las veces que cada uno se ha sentido así en la vida:)

. dijo...

Y como pesa una rutina llena de gritos...

Danniela dijo...

Es feo, pero pasa muchisimo :/
un besito enorme mi vida. te sigo

Dara dijo...

Dile a Luna que cuando los gritos le duelan mucho, que se monte en una bicicleta y que pedalee muy, muy rápido.



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con
coletitas